Entrevista
November 15th, 2018
Norma, una obra maestra del bel canto
Cuando Vincenzo Bellini muere a los 34 años había compuesto diez óperas en el lapso de una década (1825-1835). Un número modesto si consideramos que en ese mismo período Gaetano Donizetti había creado 33 –cuando se tienen en cuenta las revisiones llegan a 40– y Gioachino Rossini estrenó 31 entre 1810 y 1820. Hasta la consolidación del repertorio operístico que, desde el siglo XX hasta hoy, sigue vigente en la programación de los teatros líricos, el público esperaba novedad. La hiperproducción de los compositores de los siglos XVIII y XIX obedeció a esa demanda que desde el público se trasladó a los teatros y empresarios, quienes a su vez los trasladaban a los compositores, que debían cumplir con plazos vertiginosos, a veces a costa de la originalidad o calidad del producto. En ocasiones, para estrenar una obra nueva, debían recurrir a libretos ya musicalizados por otros, o a reutilizaciones o autoplagios de secciones enteras pertenecientes a obras anteriores. En comparación con sus contemporáneos belcantistas, el proceso creativo de Bellini tuvo otro ritmo que, como veremos, obedeció al cuidado particular que ponía en la palabra. “Deme buenos versos –escribió alguna vez al poeta Felice Romani– y yo le daré buena música”.